martes, 5 de febrero de 2013

INTELIGENCIA EMOCIONAL en la educación


PREGUNTAS MÁS FRECUENTES DE LOS
PADRES
 
"¿Cómo puedo ayudar a mi hijo en suS ESTUDIOS? "





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. ¿Qué es la Inteligencia Emocional? DESCUBRIENDO UNA NUEVA DIMENSIÓN EN LAS RELACIONES La Inteligencia Emocional, un término difundido mundialmente por el periodista y escritor Daniel Goleman, es la capacidad de:
 

1) Sentir
2) Entender
3) Controlar y
4) Modificar estados anímicos
a) Propios y
b) Ajenos.

Las habilidades prácticas que se desprenden de la Inteligencia Emocional son cinco, y pueden ser clasificadas en dos áreas:

1) INTELIGENCIA INTRAPERSONAL (internas, de autoconocimiento)
2) INTELIGENCIA INTERPERSONAL (externas, de relación)

Al primer grupo pertenecen tres habilidades:

a) La autoconciencia (capacidad de saber qué está pasando en nuestro cuerpo y qué estamos sintiendo)

b) El control emocional (regular la manifestación de una emoción y/o modificar un estado anímico y su exteriorización).

c) La capacidad de motivarse y motivar a los demás.

Al segundo grupo pertenecen dos habilidades:
 
a) La empatía (entender qué están sintiendo otras personas, ver cuestiones y situaciones desde su perspectiva), y

b) Las habilidades sociales (habilidades que rodean la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal, y que pueden ser usadas para persuadir y dirigir, negociar y resolver disputas, para la cooperación y el trabajo en equipo).  2. ¿Cuáles son los factores que intervienen en el aprendizaje ?

PARA AYUDAR TENEMOS QUE SABER En el aprendizaje intervienen diversos factores, y ninguno de ellos garantiza, por sí solo, una performance exitosa en los estudios.

Estos factores son:
 
a) Académico: (asistencia suficiente a clase, atención en ella, lectura de los materiales, técnicas de estudio, etc.).
 
b)  Referencial (la relación con la familia, los profesores, los compañeros de clase y las amistades).
 
c) Emocional (interés, motivación, estados anímicos, estímulos, deseos y metas personales, etc.).
 
d) Ambiental (la casa, el colegio, los sitios que se frecuentan, etc.).
 

Los padres podemos ejercer influencia -positiva, nula o negativa- en cada uno de los ámbitos en los que se produce el proceso educativo.

En especial, tomando cada uno de los aspectos principales -en relación con nuestro rol- de cada ámbito:
 
·     En el académico, verificando que nuestros hijos apliquen técnicas de estudio eficaces.

·     En el referencial, manteniendo la armonía en las relaciones familiares, ya que la familia es la principal fuente de estímulos para un estudiante.

·     En el emocional, ayudando en todo lo posible a mantener el equilibrio emocional de nuestros hijos, y proveyéndoles de todas las fuentes de motivación que estén a nuestro alcance.

·     En el ambiental, garantizando un clima favorable, en nuestra casa, para crear las mejores condiciones posibles para el estudio individual o en grupo.

3. ¿De qué manera podemos utilizar la Inteligencia Emocional para ayudar a estudiar a nuestros hijos ?

PONIENDO LAS EMOCIONES A FAVOR
Como vimos en el ítem anterior, entre los distintos factores que intervienen en los estudios y el aprendizaje, se encuentra el factor emocional, que puede obrar a favor del proceso educativo (equilibrio emocional) o en contra (desequilibrio emocional).

Como lo muestran las investigaciones científicas más recientes, aproximadamente un 50% de nuestros rasgos emocionales personales nos vienen de herencia genética, y el otro 50% proviene de nuestra crianza y de nuestras experiencias más tempranas de la infancia.

Con este conocimiento, y aceptando las naturales e inmodificables tendencias temperamentales que poseen nuestros hijos, podemos ayudarlos en cada una de las áreas de la Inteligencia Emocional: 
 
1)  En el autoconocimiento, detectando señales de ansiedad, nerviosismo o miedo, y previniendo problemas de relación (dentro y fuera de la familia) que pueden obstaculizar una determinada etapa de estudio.
 
2)  En el control emocional, aprendiendo estrategias psico-físicas que permitan neutralizar los estados de ansiedad, los estallidos temperamentales o los estado de perturbaciones afectivas.
 
3)  En la motivación, requisito fundamental del verdadero aprendizaje, aprendiendo a neutralizar y/o superar los estados de abulia, y la displicencia o la ausencia de interés y motivación en una materia.
 
4)  En la empatía, aprendiendo a percibir y comprender los sentimientos y emociones de familiares, amigos y compañeros de estudio.
 
5)  En las habilidades sociales, aprendiendo a establecer buenas relaciones con los profesores y los compañeros de escuela.

4. ¿Cómo influyen las expectativas de los padres y profesores en el rendimiento académico?

‘ESPERA LO MEJOR, Y LO OBTENDRÁS...’

Más que cualquier respuesta teórica, conviene que se entere usted de dos experimentos sumamente reveladores acerca de las expectativas y sobre cómo éstas influyen en el rendimiento académico.

El pedagogo Ellis Page realizó un interesante estudio sobre el afecto. Dividió a su clase en tres grupos: A, B y C. A cada monografía que le presentaba el grupo A, le ponía sólo una calificación.

Al grupo B, Page le ponía la calificación y una palabra, por ejemplo: ‘bueno’, ‘excelente’, ‘buen trabajo’.

A los del grupo C le escribía unas líneas alusivas al texto: ‘Querido Johnny: Tienes una sintaxis espantosa, una gramática atroz, una ortografía espeluznante. Y tu puntuación es como la de James Joyce. ¿Pero sabes una cosa ? Anoche, cuando estaba sentado en la cama conversando con mi mujer, le dije: “Sally, este muchacho ha expresado unas ideas bellísimas en esta monografía. Voy a tratar de ayudarlo a desarrollarlas”. Con afecto, tu profesor’. Y si alguien escribía algo muy bueno, le ponía: ‘Gracias. Tus ideas me resultan alucinantes, excelentes. Sigue así. Tengo muchas ganas de saber qué vas a decir luego’. Después, realizó una estadística.

El grupo A permaneció igual. El B no mejoró demasiado, pero en cambio el C creció y se desarrolló.

Otro experimento: un grupo de la Universidad de Harvard se presentó ante un grupo de profesores y le anticipa:
‘Ahora vamos a entrar en su clase y les daremos a los alumnos el Test de Harvard de los Esfuerzos Intelectuales. Con esta prueba determinaremos quiénes crecerán intelectualmente durante el año. Los seleccionaremos. Jamás fallan. Piensen qué gran ayuda será’. Al terminar de recogerlas las arrojaron al cesto de los papeles furtivamente. Luego eligieron cinco nombres al azar, del listado, y le dijeron a la maestra: ‘Estos chicos van a adelantar notablemente este semestre: Juanita Rodríguez...’

‘Juanita Rodríguez no podía adelantar ni aunque se le propusiera’, los contradijo la maestra. 

‘No importa. El Test de Harvard de los Esfuerzos Intelectuales jamás falla’, repusieron los personajes.

¿Y sabe qué sucedió? Todos los nombres que ellos seleccionaron mejoraron increíblemente, lo que demuestra que, la mayoría de las veces, uno obtiene lo que espera conseguir.

¡Este es el poder de la expectativa!


5. ¿
De qué manera, desde las relaciones familiares, podemos ayudar a estudiar a nuestros hijos?

ESTÍMULO Y APOYO DESDE LOS VÍNCULOS MÁS ÍNTIMOS

La familia es, sin ninguna duda, la principal fuente de estímulos que tiene un joven para desarrollar exitosamente sus estudios.

Además, la vida familiar es el entorno que más influye para acompañar, con equilibrio emocional y seguridad afectiva, ese desarrollo académico.

Una forma fundamental de ayudar a nuestros hijos es involucrándonos, como padres, en todo lo que sea positivo para crear mejores condiciones de estudio. Algunas de los principios desde los que podemos actuar son éstos:

 
1. Un ambiente adecuado predispone al trabajo intelectual (el ambiente que nos rodea influye en además en el comportamiento).
 
1.1. También se aprende por imitación y se estimula con el ejemplo. El ambiente en casa es como nosotros queramos hacerlo. Algunas preguntas que conviene plantearnos:
· ¿Somos selectivos con la televisión?
· ¿Dedicamos parte de nuestro tiempo libre a leer?
· ¿Comentamos asuntos importantes, noticias de interés, proyectos familiares... con nuestros hijos?
 
2. La casa no debe convertirse en una segunda escuela, pero debe coordinarse con ella.
 
2.1. Hay que procurar autonomía en el estudio. Los padres deben ofrecer colaboración, orientar ante las dudas, pero nunca suplantar el trabajo del estudiante.
 
2.2. Demostrar que lo que ocurre en la escuela importa en casa.
· No recriminar solo lo negativo, hay que valorar sobre todo lo positivo.
· Afrontar los conflictos con serenidad.
· Huir de las descalificaciones personales. Si hay algún problema, abordarlo como un reto a superar.
· Mantener una actitud adecuada ante las notas. No considerarlas como un juicio personal. El alumno, además de estudiante, es una persona con muchas facetas a considerar.
· Acudir a las convocatorias de la escuela o colegio.

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